viernes, 29 de septiembre de 2017

1 d'octubre 2017



No llega nunca, qué ansiedad. Por conocer el resultado, por vislumbrar el siguiente paso, por que me dejen en paz un poco, también. Así, en primera persona.
Porque una de las cosas más asombrosas de toda esta movida es el sentimiento de colectividad que tiene todo el mundo, los catalanes, los españoles, los eurasiáticos, los diputados... todos pertenecen. Y además se deben a los suyos, y todo esto en mitad del momento menos solidario que haya tenido paso en esta tierra.

Solidario y comunitario para tomar partido se es, pero con argumentos copiados y en más de un caso vergonzosos, maniqueos y desprovistos de reflexión alguna: Es la vieja batalla conocimiento vs posicionamiento.

En un bando, la duda, la investigación, el cultivo de las ideas, el estudio del pasado...(mucha tela, ¿verdad?) y en el otro el graznido y enfadarse mucho en favor o en contra de algo. Con muchas razones, entre las que si escarbas saldrá la verdadera: porque sí. ¿Cuál escoge usted?

Al otro lado de todo esto, porque hay otro lado, están ellos, los de siempre. Esta vez mezclados (en ambos bandos) con algunos de nosotros, es cierto. Defendiendo intereses que la calle ha podido, a base de reivindicación y mucho curro, meter en las instituciones como una bacteria para desarrollar vida desde dentro. Aún así cuesta conocer las razones para posicionarse porque la dialéctica es esta contemporánea miasma de tópicos tan de moda, a saber: diálogo, democracia, convivencia, crispación y muchas más palabras metafísicas que, amigos, son tan moldeables que significan lo que uno quiera. Yo lo he probado.

Esta mañana me he levantado con una angustia ya casi pasada de moda. Se trataba de una duda acerca de la palabra "crisis". ¿La crisis es algo que distorsiona una realidad y luego regresa al punto inicial? ¿O es simplemente un cambio sin perspectivas de restauración? La RAE lo aclara en su quinta acepción:

5. f. Econ. Reducción en la tasa de crecimiento de la producción de una economía, o fase más baja de la actividad de un ciclo económico.

Fase más baja, uf, menos mal. Eso es que vuelve a normalizarse, aunque ya sabemos que no antes de diez años.
Y ese fue el último conflicto que nos cambió la vida.


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